Atando Cabos

Ojalá no llueva

Nadie imagina aquí la primavera sin los pasos por la calle. El barroco dobla nuestras esquinas y nos quedamos en suspenso admirándolo

Publicado: 16/04/2025 ·
15:47
· Actualizado: 16/04/2025 · 15:47
  • Las Angustias el Domingo de Ramos -
Autor

Remedios Jiménez

Licenciada en Historia, docente y verso suelto

Atando Cabos

Una mirada sobre lo que nos pasa día a día, bajo los titulares de la incesante actualidad

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Me gusta la Semana Santa de Jerez porque es una manifestación estética de primer orden. Nadie imagina aquí la primavera sin los pasos por la calle. El barroco dobla nuestras esquinas y nos quedamos en suspenso admirándolo. El que el turismo crezca cada año es lo esperado. Lo hace desde hace tiempo, pero que la profesora Dolores Barroso comentara nuestra Semana Santa por la 2, de televisión española, también contribuyó. Toda España tuvo palco en Jerez, me encuentro entre los que tuvieron la suerte de ser espectadores. Pero esta semana es también la de los carrillos en la calle, vendiendo chucherías, frutos secos, patatas, cacharritos para los niños. Cambian muchas cosas pero esto no cambia. Mi padre, de joven, empujaba uno de estos carros buscándose unas pesetas. Creo que los que no son cofrades no quieren que llueva por ellos y ellas, por los de los carrillos que llevan tiempo preparándolo todo. Hacen su inversión para vender en estos días, pagan sus impuestos y que asomen las nubes no es de justicia porque de momento está todo el mundo recogido.

Todos de pequeños hemos pedido algo a nuestros padres que colgaba de estos puestos. La trompeta y el tambor con los que después atormentabamos a los vecinos, corriendo calle arriba y abajo tocando. El cartucho de avellanas con el que sobrellevamos el estar en primera fila de bordillo durante ratos tan largos. No mirábamos el móvil, mirábamos los pasos, los penitentes, la gente, los cucuruchos de helados que se nos antojaban pero cuya búsqueda podía hacernos perder el sitio.

Los niños y niñas de hoy se pierden todo eso para que sus padres no tengan que estar pendientes de ellos. Hubiera sido más fácil que no los tuvieran y así estaban libres del todo. No se puede ir a comer un domingo sin niños absorbidos por las pantallas. La educación es una asignatura pendiente para estos nuevos progenitores.

Bueno, lo dicho, ojalá que no llueva que hay mucha fé, mucho arte y mucha gente que sale a las calle.

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